Gabriel García Marquez died today at the age of 87. I was going to blog about him, but I just found this New York Times article that is much better than anything I can write...
So, instead of writing anything myself, I decided to copy here the opening of some of his great novels, for you to enjoy (and maybe to get you interested!).
El coronel no tiene quien le escriba / No one writes to the colonel (1961)
The colonel took the top off the coffee can and saw that there was only one little spoonfulleft. He removed the pot from the fire, poured half the water onto the earthen floor, andscraped the inside of the can with a knife until the last scrapings of the ground coffee,mixed with bits of rust, fell into the pot.While he was waiting for it to boil, sitting next to the stone fireplace with anattitude of confident and innocent expectation, the colonel experienced the feeling thatfungus and poisonous lilies were taking root in his gut. It was October. A difficultmorning to get through, even for a man like himself, who had survived so many morningslike this one. For nearly sixty years---since the end of the last civil war--the colonel haddone nothing else but wait. October was one of the few things which arrived.
(Check out the first 30 pages of this novel in English here)
El coronel destapó el tarro del café y comprobó que no había más de una
cucharadita. Retiró la olla del fogón, vertió la mitad del agua en el piso de tierra, y con
un cuchillo raspó el interior del tarro sobre la olla hasta cuando se desprendieron las
últimas raspaduras del polvo de café revueltas con óxido de lata.
Mientras esperaba a que hirviera la infusión, sentado junto a la hornilla de barro
cocido en una actitud de confiada e inocente expectativa, el coronel experimentó la
sensación de que nacían hongos y lirios venenosos en sus tripas. Era octubre. Una
mañana difícil de sortear, aun para un hombre como él que había sobrevivido a tantas
mañanas como ésa. Durante cincuenta v seis años -desde cuando terminó la última
guerra civil- el coronel no había hecho nada distinto de esperar. Octubre era una de las
pocas cosas que llegaban.
(Read this novel in Spanish here)
Cien años de soledad / A hundred years of solitude (1967)
Many years later, as he faced the firing squad, Col. Aureliano Buendía was to remember that distant afternoon when his father took him to discover ice. At that time Macondo was a village of 20 adobe houses built on the bank of a river of clear water that ran along a bed of polished stones, which were white and enormous, like prehistoric eggs. The world was so recent that many things lacked names, and in order to indicate them it was necessary to point.
(Read this novel in English here)
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.
(Read this novel in Spanish here)
Crónica de una muerte anunciada / Chronicle of a death foretold (1981)
On the day they were going to kill him, Santiago Nasar got up at five-thirty
in the morning to wait for the boat the bishop was coming on. He'd dreamed he was going
through a grove of timber trees where a gentle drizzle was falling, and for an instant he was
happy in his dream, but when he awoke he felt completely spattered with bird shit. "He was
always dreaming about trees," Placida Linero, his mother, told me twenty-seven years later,
recalling the details of that distressing Monday. "The week before, he'd dreamed that he
was alone in a tinfoil airplane and flying through the almond trees without bumping into
anything," she said to me. She had a well-earned reputation as an accurate interpreter of
other people's dreams, provided they were told her before eating, but she hadn't noticed any
ominous augury in those two dreams of her son's, or in the other dreams of trees he'd
described to her on the mornings preceding his death.
(Read this novel in English here)
El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para
esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de
higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al
despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros. «Siempre soñaba con
árboles», me dijo Plácida Linero, su madre, evocando 27 años después los pormenores
de aquel lunes ingrato. «La semana anterior había soñado que iba solo en un avión de
papel de estaño que volaba sin tropezar por entre los almendros», me dijo. Tenía una
reputación muy bien ganada de interprete certera de los sueños ajenos, siempre que se
los contaran en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos
sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en las
mañanas que precedieron a su muerte.
(Read this novel in Spanish here)
El amor en los tiempos del cólera / Love in the time of cholera (1985)
It was inevitable: the scent of bitter almonds always reminded him of the fate of
unrequited love. Dr. Juvenal Urbino noticed it as soon as he entered the still darkened
house where he had hurried on an urgent call to attend a case that for him had lost all
urgency many years before. The Antillean refugee Jeremiah de Saint-Amour, disabled
war veteran, photographer of children, and his most sympathetic opponent in chess, had
escaped the torments of memory with the aromatic fumes of gold cyanide.
(Read this novel in English here)
Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino
de los amores contrariados. El doctor Juvenal Urbino lo percibió desde que entró en la
casa todavía en penumbras, adonde había acudido de urgencia a ocuparse de un caso
que para él había dejado de ser urgente desde hacía muchos años. El refugiado antillano
Jeremiah de Saint-Amour, inválido de guerra, fotógrafo de niños y su adversario de
ajedrez más compasivo, se había puesto a salvo de los tormentos de la memoria con un
sahumerio de cianuro de oro.
(Read this novel in Spanish here)
Del amor y otros demonios / Of love and other demons (1994)
An ash-gray dog with a white blaze on its forehead burst onto the rough
terrain of the market on the first Sunday in December, knocked down tables of
fried food, overturned Indians' stalls and lottery kiosks, and bit four people
who happened to cross its path. Three of them were black slaves. The fourth,
Sierva María de Todos los Ángeles, the only child of the Marquis de
Casalduero, had come there with a mulatta servant to buy a string of bells for
the celebration of her twelfth birthday.
They had been instructed not to go beyond the Arcade of the Merchants, but
the maid ventured as far as the drawbridge in the slum of Getsemaní, attracted
by the crowd at the slavers' port where a shipment of blacks from Guinea was
being sold at a discount. For the past week a ship belonging to the Compañía
Gaditana de Negros had been awaited with dismay because of an
unexplainable series of deaths on board. In an attempt at concealment, the
unweighted corpses were thrown into the water. The tide brought them to the
surface and washed the bodies, disfigured by swelling and a strange magenta
coloring, up on the beach. The vessel lay anchored outside the bay, for
everyone feared an outbreak of some African plague, until it was verified that
the cause of death was food poisoning.
(Read this novel in English here)
Un perro cenizo con un lucero en la frente irrumpió en los vericuetos del mercado el
primer domingo de diciembre, revolcó mesas de fritangas, desbarató tenderetes de
indios y toldos de lotería, y de paso mordió a cuatro personas que se le atravesaron
en el camino. Tres eran esclavos negros. La otra fue Sierva María de Todos los
Ángeles, hija única del marqués de Casalduero, que había ido con una sirvienta
mulata a comprar una ristra de cascabeles para la fiesta de sus doce años.
Tenían instrucciones de no pasar del Portal de los Mercaderes, pero la criada se
aventuró hasta el puente levadizo del arrabal de Getsemaní, atraída por la bulla del
puerto negrero, donde estaban rematando un cargamento de esclavos de Guinea. El
barco de la Compañía Gaditana de Negros era esperado con alarma desde hacía una
semana, por haber sufrido a bordo una mortandad inexplicable.
Tratando de esconderla habían echado al agua los cadáveres sin lastre. El mar de leva
los sacó a flote y amanecieron en la playa desfigurados por la hinchazón y con una
rara coloración solferina. La nave fue anclada en las afueras de la bahía por el temor
de que fuera un brote de alguna peste africana, hasta que comprobaron que había
sido un envenenamiento con fiambres manidos.
(Read this novel in Spanish here)
That's it for today. You can find in Wikipedia a list of his works, in English and in Spanish. My next one will probably be Doce cuentos peregrinos (Strange Pilgrims in English, though the literal translation would be Twelve pilgrim tales).
Enjoy your reading! :)
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